Todos los caminos llevan a Múnich
- Albert Gracia
- 13 may 2020
- 4 Min. de lectura

O era a Roma. Bueno, da igual. Ya me han entendido. También dicen que cuando el río suena agua lleva. Pero no estamos aquí para hacer un repaso del refranero español. Para eso habría que hacer un libro aparte. Estamos aquí para hablar de Leroy Sané, un tipo al que con tan solo 24 años le ha dado tiempo de forzar un traspaso millonario al City, perderse un puñado de partidos por lesión, ser titular indiscutible, pasar con más pena que gloria por el banquillo… Y ganarlo todo vestido de ‘citizen’. Porque el alemán ha sido capital en la etapa de Guardiola en Manchester. Ubicado siempre en el flanco izquierdo, al extremo le costó encajar en el pulcro engranaje ‘sky blue’ pero cuando lo hizo ya nadie pudo hacerle sombra. Con Sterling y Agüero formó una de las mejores delanteras de Europa. Sané supo adaptarse a jugar por la izquierda cuando venía del Schalke acostumbrado a la derecha, con sus diagonales hacia el centro. Supo ser más asistente que goleador. Supo poner su portentoso talento al servicio del equipo y lo ganó todo siendo importantísimo para Pep.
Las malditas lesiones
Aun así, y como todo en la vida, la fría noche se fue acercando. Las lesiones, desafortunadamente, le dieron una calurosa bienvenida. Y desde ahí Sané no ha vuelto a ser el mismo. La llegada de hombres como Mahrez o, especialmente, Bernardo Silva también le ha perjudicado. Ahora, sigue recuperándose de una grave lesión de rodilla que le ha impedido jugar en toda la temporada. Y parece que cuando vuelva ya será para hacer las maletas. Y es que, como decía antes, cuando el río suena agua lleva.
Sané ha perdido protagonismo y en Baviera hay un equipo que le acogería con los brazos abiertos. Leroy se habría ido a Inglaterra siendo un crío y llegaría a Alemania maduro y con la esperanza de volver a reencontrarse. Pep le quiere en su City, pero Leroy parece mirar ya para otro lado. “Lo importante es que se recupere bien. Después de esto, sabe lo que pensamos de él, lo que le valoramos… y él decidirá”, dijo Guardiola a principios de año. De momento, todo sigue igual. Sané va quemando etapas en su recuperación, pero su cabeza parece decirle solo una cosa: Bayern de Múnich. Jugador y club, por lo que se apunta desde Alemania, lo tendrían todo hecho y tan solo faltaría el acuerdo entre clubes. El ‘Bild’ asegura que Leroy podría salir por unos 50 o 60 millones de euros y sería, sin duda, una de las grandes bombas de este próximo mercado de fichajes, el más austero que se presume de los últimos años por culpa del maldito coronavirus.
Un talento más que aprovechable
Y ahora vamos a lo que nos interesa. ¿Cómo encajará el alemán en el 4-2-3-1 de Hansi Flick? ¿Qué aportará? ¿Quién caerá del once? ¿Será titular indiscutible? Estas son algunas de las preguntas que se deberán despejar justo después de su más que probable fichaje. Leroy Sané no solo aterrizaría en Baviera para sumar, sino que sería un fichaje estratégico que no haría más que confirmar que el Bayern ha forjado un señor proyecto. Ya adquirió a Lucas Hernández y Pavard para fortalecer la envejecida zaga bávara, reforzó la medular con el músculo joven de Goretzka y Tolisso y arriba se hizo con un Alphonso Davies que se ha reconvertido hasta ser uno de los mejores laterales zurdos del momento. Todo esto sumado a los Neuer, Kimmich, Thiago, Müller, Lewandowski, Gnabry y compañía. Con el aterrizaje de Leroy Sané la política de fichajes seguiría en pie y fortalecería una línea ofensiva polivalente en el que combinan la juventud y el desparpajo de los jóvenes Coman y Gnabry con la experiencia y el saber hacer de los ‘Lewan’, Müller y Perisic. El croata, a priori, no seguirá la próxima temporada y ese hueco lo ocuparía Sané, que debería luchar por un puesto en el once con la otra bala y también propenso a las lesiones: Kingsley Coman. El francés ha sido titular cuando ha estado en plena forma y junto a Serge Gnabry se ha encargado de hacer olvidar a la eterna ‘Robbery’.
Adiós a la rigidez táctica de Pep
Pero ahora con Sané veremos qué pasará. Leroy ocuparía una de las bandas del ataque, acompañado de Lewandowski y, presumiblemente, de un Gnabry que se ha marcado un temporadón hasta la fecha. Con Serge pudiendo jugar en cualquiera de los costados, Sané podría a volver a desempolvar el traje de extremo diestro, ese que Pep tanto le ha negado y que le encumbró cuando despuntó en el Schalke. Con el Bayern podría volver a esas diagonales, a probar su potente disparo y a ser algo más vertical. Los bávaros saben tocar pero tienen mimbres para salir a la contra y en eso Leroy Sané es un especialista. Con un juego menos posicional y a años luz de la riqueza táctica de Guardiola, el alemán ya no tendrá que estar pegado a su banda izquierda, tirando diagonales a la nada para dejar el espacio al ingenio de De Bruyne, tal y como hicieran Henry y Villa con Iniesta. El juego del Bayern le permitirá tener mayor libertad.
Al fin y al cabo, Sané podrá recuperar ese fútbol que tanto estamos echando de menos. Guardiola le ha enseñado más de lo que hubiera imaginado cuando le clavó el golazo a la escuadra a todo un Iker Casillas en una eliminatoria de Champions con el Schalke. Aun así, parece que al alemán le ha llegado el momento de volar solo. Le ha llegado el momento de volver a casa.
Comentários