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El puzzle de calleja


El Villarreal de Javi Calleja es uno de los mejores equipos de la Liga tras el parón. No hay mayor evidencia que los números cosechados: 16 puntos de 18 posibles. Pero también hay que incidir en las sensaciones; por momentos el submarino amarillo ha practicado muy buen fútbol. La suma de ambos factores ha hecho que, junto a Sevilla y Getafe, presente candidatura para jugar la Copa de Europa la temporada que viene.

Desde volvió a correr el balón el técnico madrileño ha empleado un 1-4-4-2 asimétrico que le permite, por un lado, tener una circulación de balón fluida, y por otro, potenciar la complementariedad de sus parejas (centrales, mediocentros, laterales-volantes y delanteros). La posesión del Villarreal, que cuenta con mecanismos muy asentados entre sus piezas a pesar de los protagonistas (Calleja está rotando bastante), es ancha, profunda y va sobrada de juego interior. En la izquierda, Santi Cazorla, teórico hombre de banda, se mete hacia dentro como si fuese un centrocampista más, lo que permite a Alberto Moreno ganar altura. En el mismo lado, no en vano, Paco Alcácer no cae a banda, sino fija su posición entre centrales dándole espacio a estos. Ahí el reparto espacial es armónico. En la otra orilla, sin embargo, el encaje de las piezas se antoja algo más complicado.

Para comprender lo último es necesario viajar al primer partido del submarino después del confinamiento. Ante el Celta de Vigo, el Villareal plasmó 45 minutos de alto nivel, tanto en cantidad como en calidad. Llegó muchísimas veces a la portería contraria siendo merecedor de irse con ventaja al descanso. Pero por H o por B no obtuvo premio. Más tarde, el ingreso de Samuel Chukwueze por Gerard Moreno giró definitivamente le encuentro. Siendo él el receptor de banda y con dos delanteros ‘de carril central’ como Bacca y Alcácer, Chukwueze pudo desplegar todo su fútbol sin tapujos. Su actuación planteó una disyuntiva sobre el rol jerárquico que debía ocupar en este tramo tan decisivo de la temporada. ¿Podía ser solo un agitador o debía formar parte del plan A?

Gerard Moreno y Samuel Chukwueze son dos de los mejores futbolistas del Villarreal. Hecha la aclaración (evidente pero igualmente necesaria), cabe decir que aun siendo diferentes ambos tienen un denominador común: tienden a partir desde la misma zona. Aunque el fútbol de ambos confluye en el centro, se sienten más cómodos partiendo desde la derecha. Esta temporada han coincidido de inicio en 10 ocasiones, y en la mayoría de las cuales -antes del parón- Moreno ha actuado como única punta, lo cual otorgaba más espacio para Chukwueze. Ahora bien, el ‘nuevo’ sistema de Calleja tiene la particularidad de la doble punta, con lo cual Gerard –delantero derecho- y Samuel –volante derecho-, tienen que convivir en el mismo perfil.

Llegados hasta aquí, el éxito del rompecabezas reside en que el rendimiento de ambos jugadores no mengue a pesar de compartir zona. Dicho de otra forma, que uno no opaque al otro y viceversa. Parece difícil, pero no imposible. De hecho, en el partido contra el Valencia, en el que junto a las primeras partes contra el Celta y el Betis el Villareal desplegó su mejor juego hasta entonces, hubo brotes verdes en esta relación.

Al contrario que en el encuentro ante el Sevilla, donde el conflicto espacial entre ambos fue más palpable, Gerard y Samuel respetaron mucho sus zonas de influencia. El catalán fue menos invasivo y amplio su radio de acción; pisó más el carril central de lo que es habitual e incluso cayó bastante a banda izquierda (véase el mapa de calor contra el Sevilla comparado con mapa de calor contra el Valencia). Y por su parte el nigeriano pudo gozar de más situaciones ventajosas o en aclarado, donde es realmente diferencial.

Mapa de calor de Gerard Moreno contra el Sevilla
Mapa de calor de Gerard Moreno contra el Valencia

Con esta versión más global de Moreno, influyendo por los tres carriles, la posesión del submarino ganó un apoyo intermedio entre los centrocampistas y Alcácer, pudiendo mantener a la vez la amenaza de Chukwueze en banda. Puntualmente, eso sí, se juntaron, pero en ningún momento con el propósito de replicar la misma función. Si uno apoyaba, el otro profundizaba; y apenas se pisaron. Así las cosas, de ello se benefició el centrocampista más creativo del equipo, Santi Cazorla. En el siguiente ejemplo, con un cambio de orientación Cazorla deja a Chukwueze en superioridad táctica ante el lateral izquierdo valencianista.

Asimismo, cuando el rival defiende más arropado y la relación entre ambos se complica porque hay menos espacios, el sistema les está proporcionando herramientas. Mario Gaspar (en verde en la imagen) se incorpora por dentro al ataque con asiduidad emparejándose con el lateral contrario para fijarlo y darle más espacio a Chukwueze. Aún no está claro si se trata de una medida ideada por Calleja o de la tendencia ya sabida de Gaspar de trazar este movimiento en diagonal, pero como el por qué es difícil de saber (solo han coincidido los tres de inicio dos veces tras el parón), hay que centrarse en el qué. Y lo cierto es que es realmente interesante, ya que con un hombre más fijando atenciones en banda, Gerard Moreno puede esperar más cerca de la portería contraria a que la jugada progrese.

Esta noche, en un partido de máxima exigencia contra el FC Barcelona, esperemos ver el siguiente capítulo de esta relación, que pese a estar aun en fase embrionaria, de confirmarse puede elevar notablemente el techo del equipo castellonense.


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