La portería es, seguramente, la posición más desagradecida del mundo del fútbol. Olvidado en las victorias y villano en las derrotas, el portero es ese jugador que celebra los goles sin compañía, pero a menudo el mismo que salva partidos. Juan Carlos Unzué, exportero y ahora entrenador, dijo que “donde el delantero pone el pie, el portero pone la cara” para subrayar el carácter que debe tener un guardameta: valiente, fuerte mentalmente, y un poco loco.
Hay porteros que, además de cumplir con estas características, ponen en duda los perjuicios que giran en torno la portería. Solo una vez, un arquero, Lev Yashin, ganó el Balón de Oro. Pero cada vez hay más guardametas que a parte de éxitos colectivos, también consiguen individuales. Y sus acciones ayudan, y mucho, a los objetivos de sus respectivos equipos. Uno de estos es Jordan Pickford, guardameta de Everton e Inglaterra y, sobre todo, un portero atípico.
Sus inicios: una ciudad llamada Sunderland
Como carta de presentación, Jordan Pickford puede decir que es el portero inglés más caro de la historia. Nacido hace 26 años en Washington, una villa de poco más de 65.000 habitantes del distrito de Sunderland, el Everton desembolsó 25 millones de libras para hacerse con sus servicios en 2017. Y en una selección con un puesto tan irregular como la portería, consiguió desbancar a Joe Hart con solo 24 años y convertirse en el guardameta titular inglés
Jordan Pickford tiene todas esas características. Es cierto que en esta campaña no ha estado a un nivel sublime. Que en algunos partidos, errores suyos han influido en un conjunto inglés que sigue sin asentarse en Europa. Pero su fuerte carácter, su mentalidad ganadora, un juego de pies más que notable, tapar los espacios como casi nadie en los unos contra unos y la eficacia antes que la elegancia, han hecho del joven de 26 años el mejor portero de Inglaterra.
Para entender quién es Jordan Pickford es fundamental comprender sus orígenes, y así darse cuenta de una nueva característica del portero inglés: su perseverancia y, sobre todo, que es un hombre de equipo. Con solo 8 años, ingresó en las categorías inferiores del club de su vida, el Sunderland AFC. Ahí pasó por casi todos los equipos y con solo 15 años ya recibió la primera llamada de la federación inglesa, para formar parte de la selección Inglesa sub-16, en 2009.
Dos años más tarde, Pickford firmó su primer contrato profesional, pero no se asentó en la portería del Sunderland. Ahí es donde entra en juego su carácter paciente: se fue cedido a Darlington, Alfreton Town, Burton Albion, Carlise United, Bardford City y Preston North End. Seis cesiones en cinco años. Curiosamente, la regularidad que no encontraba en Sunderland sí que la halló en la selección inglesa: pasó por todas las categorías inferiores desde los 15 años.
Pero en las temporada 2016-2017 todo cambió. Y su perseverancia y amor por el club de toda la vida encontraron recompensa: el Sunderland AFC apostó por él. De hecho, fue casi por obligación, porque Pickford empezó como suplente de Vito Mannone, pero una lesión del danés le abrió las puertas. Se hizo con la titularidad y aunque ese mismo año el Sunderland bajó la Championship tras 11 años en la Premier League, Pickford fue nominado al Young Player of the Year, como uno de los seis mejores futbolistas ingleses menores de 23 años de esa temporada.
La consolidación a 270 kilómetros
Su currículum no era, ni mucho menos, sobresaliente: seis cesiones, incluso a un equipo de la Quinta División inglesa, solo una temporada como titular en la Premier League en la que su equipo bajó de categoría y empezó siendo el suplente. Pero en tan poco tiempo, Pickford ya había mostrado su potencial. Y, además, tenía un punto a favor indudable: solo tenía 23 años. Con todos esos factores, y un Everton necesitado de un portero fiable tras la marcha de Tim Howard en 2016, decidió desembolsar 25 millones de libras para Pickford.
Fue en Goodison Park donde se consolidó. En un club que, a priori, lucha por entrar en Europa, el portero inglés se convirtió en titular indiscutible. Entrenado por Ronald Koeman, el Everton quedó octavo. Y, además, la clasificación toffee para Europa League la anterior campaña hizo que Pickford pasara de descender a debutar en Europa. El arquero jugó 46 partidos en su primer año y sus buenas actuaciones no pasaron desapercibidas: llegó la llamada de Inglaterra.
Pickford tenía todo lo que se le puede pedir a un portero de 23 años, con poca experiencia en la Premier y que pasa de un velero como el Sunderland a un transatlántico como el Everton. Debutó con la selección absoluta en noviembre de 2017 en un partido contra Alemania (0-0) y fue llegar y arrasar. Empezó el encuentro con nervios, confiándose de un disparo de Sané que casi entra, pero a partir de ahí triunfó. Dos manos salvadoras en dos unos contra unos ante Drexler que confirmaron la fortaleza del portero y que en las grandes citas, no se viene abajo.
Sus buenas actuaciones con Everton e Inglaterra tuvieron su recompensa. El 19 de junio de 2018 debutó en la Copa del Mundo en la victoria de Inglaterra ante Tunisia (2-1). Fue en la cita futbolística más importante del mundo donde Pickford se confirmó como uno de los mejores porteros de Europa, llevando a Inglaterra a una meritoria cuarta plaza final y siendo una pieza fundamental en la victoria contra Colombia en los penaltis y la clasificación para semifinales, la primera vez desde 1990, tras vencer a Suecia (2-0) y donde fue elegido MVP del partido.
Incluso en la final de consolación, en la que cayeron ante Bélgica (2-0), Pickford volvió a mostrar esas cualidades que han robado el corazón de los aficionados ingleses: una volea de Munier que, aunque no de la manera más estética posible, detuvo con una mano derecha salvadora. Un año más tarde, también se convirtió en el héroe inglés en la tanda de penaltis de la UEFA Nations League ante Suiza, parando un penalti y marcando el decisivo para conseguir una más que satisfactoria tercera plaza para Inglaterra y donde fue incluido en el equipo del torneo.
Su futuro y temperamento fuera del campo
El problema es que, con pocos años en la élite futbolística, Pickford se ha puesto a él mismo el listón demasiado alto. Cuando ha cometido algún error, como todo el mundo, el guardameta ha tenido que paliar con las críticas de algunos sectores, pero siempre ha mostrado su fuerte carácter y mentalidad ganadora. Carácter que, eso sí, le ha generado más de una polémica.
Que se atreviera a asegurar que no estaba “lejos” del nivel de Thibaut Courtouis, después de que el belga lo criticara por su altura -mide 1’85 metros- se quedó en nada en comparación con dos altercados que ha protagonizado recientemente. En marzo, se saltó la cuarentena impuesta por el Everton para asistir a un combate de boxeo. Y solo días más tarde, a principios de abril, se lió a puñetazos con aficionados del Newcastle en la salida de un pub. Una muestra más del temperamento y locura que caracterizan a los porteros. Y, por ende, a Jordan Pickford.
Con solo 26 años, a Jordan Pickford le queda mucho camino por recorrer. Con su tercera temporada en el Everton casi finalizada, a la espera de saber qué pasará con la competición inglesa, mucho tendría que cambiar para que el portero no siguiera vistiendo la camiseta toffe. Al principio de su segunda campaña en Liverpool, Pickford renovó contrato hasta 2024, lo que supondría que habrá jugado, como mínimo, siete temporadas en Goodison Park. Una muestra más de que es un jugador de equipo. Jordan Pickford, ese atípico portero inglés.