El inolvidable ‘Súper Depor’
- Antonio Baena
- 22 may 2020
- 8 Min. de lectura
Actualizado: 28 may 2020

El Deportivo de la Coruña es sin duda, uno de los reflejos más evidentes de que en un deporte como el fútbol, no importa lo grande que seas o que has llegado a ser. Año tras año, te ves obligado a crecer y a mejorar, si quieres mantenerte en la cúspide y no ser pasado por encima. El club gallego, actualmente en 2a división, no se encuentra en una posición privilegiada, ni mucho menos. La entidad de A Coruña ha pasado por enormes problemas al largo de la temporada y en algunos momentos se ha visto con algo más de un pie en la categoría de bronce, 2aB.
Sin embargo, tiempo atrás, aunque tampoco mucho, el club blanquiazul era uno de los equipos que apuntaban más alto del fútbol español, llegando a codearse de tú a tú con los dos gigantes de siempre, Real Madrid y FC Barcelona.
En la década de los 90, para ser más exactos, en la temporada 90-91, el Deportivo conseguía ascender a la máxima categoría del fútbol nacional, tras 18 años de travesía en 2a división. A partir de ese momento, la destreza del por aquel entonces presidente, César Augusto Lendoiro, para conseguir firmar jugadores de gran nivel, salió a la luz. La gran apuesta del club por jugadores internacionales, como Bebeto, Mauro Silva o Miroslav Djukic, dejaba entrever que algo grande estaba a punto de gestarse. Lo que estaba a un paso de emerger en Riazor, era ni más ni menos, que el ‘Súper Depor’.
Un crecimiento desde las trincheras
Los comienzos no son fáciles, así que el Deportivo tampoco fue la excepción que rompió la regla. La primera temporada después del ascenso, el conjunto coruñés, siguiendo el guión esperado, tuvo una feroz lucha por la permanencia. Aún sin los fichajes de los antes mencionados, el club gallego no era, ni mucho menos, uno de los equipos más potentes del fútbol español. Sin ir más lejos, el proyecto deportivo parecía abocado a competir por mantener la categoría durante unos años. Así pues, aguantar en 1a división fue la gran gesta conseguida por la precuela del ‘Súper Depor’, que derrotó al Real Betis, en la antigua promoción de descenso.
La temporada 92-93 estuvo marcada de inicio por dos cambios de mentalidad significativos en el planeta fútbol. Por un lado, todos los equipos que en los últimos cinco años hubieran entrado en números rojos, serían convertidos en Sociedad Anónima Deportiva (SAD). Y por otro lado, el antiguo formato de la Copa de Europa pasaría a ser la Champions League, donde solo jugarían los campeones de las ligas nacionales del viejo continente.
La semilla de ese súper equipo ya estaba plantada, tras mostrar su carácter guerrero para aferrarse a la permanencia. Todo esto, sumado a la gran gestión de Lendoiro, eran los ingredientes perfectos para lo que ocurrió después.
Y efectivamente, como era de esperar el conjunto dirigido por Arsenio Iglesias cambió drásticamente las dinámicas del año anterior, hasta tal punto de quedarse muy cerca del título liguero, acabando la temporada a 4 puntos del Barça, que fue campeón.
Las portadas, poco a poco, comenzaron a dar protagonismo a un Deportivo, que a pesar de quedarse a las puertas de la gloria, logró entrar a UEFA y meterse así por primera vez en competiciones europeas. No solo eso, sino que la apuesta a Lendoiro le salió a pedir de boca. Bebeto esa temporada fue el máximo artillero de la liga con 29 tantos y Paco Liaño consiguió el trofeo Zamora, encajando tan sólo 31 goles. La calidad y el gen competitivo existían, los resultados cada vez eran más positivos y lo mejor aún estaba por llegar.
Caer para levantarse más fuerte
Tras la euforia de clasificarse por primera vez en Europa, el reto para la 93-94 era continuar en esa línea ascendente. Sostener la columna vertebral del año anterior fue la prioridad para la entidad blanquiazul, además de reforzar ciertas posiciones para acabar de dar ese salto de calidad, en busca de alcanzar a los dos gigantes. Donato, Voro y Manjarín fueron las tres piezas más cotizadas que fichó Lendoiro ese mercado de verano. Sin duda, el equipo estaba totalmente apuntalado y dispuesto a luchar por todo.
La decepción en UEFA llegó pronto para el ‘Súper Depor’, ya que el Eintracht de Frankfurt los despidió en octavos de final. No obstante, esto obligó a los de Arsenio Iglesias a centrarse en el campeonato liguero, cosa que hicieron a las mil maravillas. Desde la 12ª jornada, el Deportivo se puso líder de la tabla y todo hacía presagiar que los gallegos se harían con el primer título liguero de toda su historia. El máximo perseguidor del conjunto blanquiazul, que era el FC Barcelona de Johan Cruyff, llegó aún con opciones a la última jornada de liga, pero ‘los herculinos’ dependían de sí mismos y además jugaban en Riazor. Las cuentas estaban claras, si el ‘Súper Depor’ ganaba al Valencia en casa, era campeón de Liga. En ese último enfrentamiento liguero, el Barça hizo los deberes y endosó un 5-2 al Sevilla, a la espera de un pinchazo de los de Iglesias. La tensión en A Coruña se podía cortar con un cuchillo. El encuentro se les atascaba y parecía que todo se iba a finiquitar sin goles. Sin embargo, por capricho del destino el Deportivo se encontró con una pena máxima en el último minuto de partido. Lanzaba Djukic y aquí las cuentas estaban aún más claras. Si el serbio anotaba, el conjunto blanquiazul era campeón de Liga y Riazor estallaría de emoción. De la otra forma, el campeonato nacional se iría a Barcelona. Tras la gran temporada de los gallegos, parecía que todo acabaría con final feliz, pero por azar, por destino o por la crueldad del fútbol, González detuvo el lanzamiento del central. Jarro de agua fría tremendo para todos los deportivistas, que veían como lo que era una oportunidad única, la desaprovecharon desde el punto de penalti.
Tras el tremendo varapalo, sin ánimo de decaer, el ‘Súper Depor’ se reforzó ese mismo verano con un refuerzo muy interesante, como era Julio Salinas. Con ilusiones renovadas y los mismos objetivos que la pasada temporada, los hombres de Arsenio Iglesias se propusieron enmarcar con títulos, el que era el mejor conjunto de la historia del Deportivo. No obstante, en competición europea el resultado fue el mismo que el de la 93-94. De nuevo el conjunto gallego caía en octavos de la UEFA, esta vez a manos del Borussia Dortmund. No solo eso, sino que además en el campeonato liguero, pronto se vieron obligados a tirar la toalla, ante el Real Madrid dirigido por Jorge Valdano. Todo parecía llevar al mismo sitio, a otro año en blanco, pero quedaba la Copa del Rey. El conjunto blanquiazul, tras derrotar al Lleida en Octavos, al Athletic Club en cuartos y al Sporting en semifinales, se plantó en la final ante el Valencia, que se jugaba en el Santiago Bernabéu. Una nueva reválida para los de Iglesias. Tan solo un partido y de nuevo el Valencia contra un ‘Super Depor’, con hambre de ganar un título para quedar grabados en las retinas de los aficionados y en las vitrinas del club. El encuentro tenía muchísimos alicientes.
En el decurso del partido, el Deportivo empezó ganando con gol de Manjarín, que posteriormente sería igualado por Mijatovic. Transcurría el minuto 89 de partido, cuando todo parecía encaminado a la prórroga y el colegiado del encuentro determinó la suspensión de este por la gran cantidad de lluvia que caía sobre Madrid. El desenlace se llevaría a cabo tres días después. Una vez se reanudó el partido y la idea de irse al alargue para decidir el campeón sobrevolaba sobre la mente de todos, Alfredo Santaelena apareció y marcó el gol más importante de la historia blanquiazul hasta aquel momento. Anotó el gol que hizo campeón a ese ‘Súper Depor’, que quedó en la memoria de todo el fútbol español, al largo de los años.
Segunda época dorada
Después de conseguir ganar el título copero, Arsenio Iglesias dejó atrás su etapa en el Deportivo para dar paso a nuevos retos. La marcha del técnico de Arteijo significó un deterioro muy importante a nivel competitivo. El paso de nombres como el de Toschak por el banquillo, no fueron sinónimo de mejora para el club. La mejor etapa del ‘Súper Depor’ parecía desvanecerse como un azucarillo y todo hacía presagiar, que la buena época había llegado a su fin. Aún con los Donato, Fran y Mauro Silva en el plantel, el conjunto gallego no se acercaba al nivel que venían mostrando y firmó unas temporadas muy lejos de sus posibilidades.
Todo cambió con la llegada de ‘Jabo’ Irureta al banquillo de Riazor. El técnico de Irún dirigía al eterno rival, el Celta de Vigo. Los celtiñas no llegaron a un acuerdo para la renovación del vasco y Lendoiro aprovechó la oportunidad.
Una vez más, el buen ojo del ex presidente deportivista saltó a la palestra, ya que la contratación de Irureta significó un soplo de aire nuevo para el Dépor.
En la temporada 99-00, Real Madrid y FC Barcelona dieron señas de no estar a su máximo nivel deportivo, así que numerosos clubes de la zona alta de la clasificación se vieron con opciones de ganar el título liguero. Entre esos equipos, andaba el Deportivo de Irureta. Un conjunto formado por figuras del ‘Súper Depor’, además de nuevas estrellas, como eran Songo’o, Djalminha, o Makaay, estaba dispuesto a volver a ser ese súper equipo, que luchaba por títulos hasta el final de temporada. Y así fue.
El club gallego tenía una cuenta pendiente con la Liga, tras el campeonato nacional que perdieron con el penalti de Djukic. Y en esta ocasión, el conjunto de ‘Jabo’ Irureta no soltó el liderato, hasta tener el trofeo bien atado. Las circunstancias fueron muy similares a las de la temporada 93-94. El ‘Súper Depor’ se puso líder poco antes de llegar al ecuador de la competición y llegó a la última jornada, que se jugaba en Riazor, dependiendo de sí mismo. Su máximo perseguidor, al igual que seis años antes, también era el FC Barcelona, pero esta vez el final tuvo un desenlace muy diferente.
Los gallegos recibían a un Espanyol, que tenía a la vuelta de la esquina la Final de Copa del Rey, así que aparentemente no pondrían toda la carne en el asador. En poco más de media hora de partido, el Deportivo era campeón de Liga. Renacía el ‘Súper Depor’.
Los goles de Donato en el minuto 3 y de Makaay en el 34, además de dar tranquilidad a toda la hinchada, que esta vez sí que podía celebrar el título en casa por todo lo alto, también significaron la redención de aquella Liga perdida en el último minuto.
Con aquel súper equipo de vuelta, el afán de victoria fue a más, y duró hasta que ‘Jabo’ decidió marcharse en 2005.
Hasta entonces, el Deportivo no se detuvo en tan sólo ganar esa liga. En la temporada 01-02 consiguió ganar la Copa del Rey ante el Real Madrid, en el Santiago Bernabéu. Aquella noche quedó marcada en la historia blanquiazul como ‘El centenariazo’, ya que ese mismo día el club blanco cumplía cien años de historia. En competiciones europeas, el papel del ‘Súper Depor’ también fue sensacional, consiguiendo llegar a cuartos de final de la Champions League en dos años consecutivos, e incluso alcanzando las semifinales de la máxima competición en la temporada 03-04, donde finalmente fueron derrotados por el Oporto de Mourinho.
Las dos Supercopas de España del 2000 y 2002 conseguidas en esa etapa, tampoco no caen en el olvido, en A Coruña, ni mucho menos.
De la mano de ‘Jabo’ Irureta no sólo volvió el ‘Súper Depor’, sino que ese conjunto creyó en la capacidad que tenía para ganar títulos y lo hizo. De hecho, superó a su predecesor en cuanto a trofeos.
Sin duda, la historia del club gallego no se entiende sin ese ‘Súper Depor’, que marcó un antes y un después. Además, ese equipo es el resquicio de esperanza de toda la hinchada deportivista, que aún confía en que su equipo se aleje del infierno de 2a y vuelva a convertirse en ese coloso del fútbol español.
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