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Entrevista a Alberto Edjogo: "Cuándo escuché gritos racistas supe que era mi último año"


Edjogo con su libro Indomable / Adrián Arroyo

Nativo de Sabadell, pero con sangre africana. Su padre nacido en Guinea Ecuatorial es quien le ha enseñado a vivir el fútbol desde la perspectiva del continente africano. Sus vivencias quedan plasmadas en “Indomable. Cuadernos del fútbol africano”, su primer hijo literario. Un trotamundos del fútbol catalán que ha dado el salto a la televisión para consagrarse como uno de los mejores comentaristas y analistas del panorama nacional.

Una pequeña charla con el gran Alberto Edjogo-Owono:

Empecemos por el principio de tu trayectoria. Ese momento en que los mayores te rodean en el vestuario y tú eres uno más entre ellos. Tu llegada al primer equipo del Sabadell. ¿Cómo recuerdas aquel salto?

Con mucho cariño. Cierto es que soy canterano del Espanyol, pero el Sabadell es el club de mis amores, donde empecé a jugar y donde tengo el corazón. En el Juvenil nacional tuvimos muchos problemas y – por suerte para mí - en el primer equipo, entrenado por Pere Valentí, sufrió varias lesiones y empezaron a contar conmigo en algún entrenamiento del primer equipo. Ya compaginaba mis estudios de bachillerato, pero mis profesores y mi tutor entendían la situación e incluso me animaba a saltarme alguna clase para poder entrenar.


Debuté contra la Real Sociedad B. Salté a falta de 20 minutos, en el estadio de mi ciudad y con apenas 17 años. Toda una alegría. Con muchísima ilusión.

Qué aspecto es positivo de jugar en varios equipos catalanes?

El punto a favor es que conoces clubs de diferentes índoles. Paso por un Badalona o un Sant Andreu, históricos del fútbol catalán, pero también por otros equipos más pequeños como el Vista Alegre (Castelldefels). Conozco muchas realidades y muy distintas. Equipos donde tienes más presión, otros donde puedes jugar más. Ahora, viéndolo con perspectiva, me arrepiento de no haber logrado cuajar más temporadas en algún club. En Vista Alegre sí lo hice, pero en otros clubs estuve una temporada o temporada y media. Estoy contento, igualmente, por el enriquecimiento que he tenido y de conocer a muchísima gente valida en este deporte.

"Uno no se convierte en racista cuando pasa el torno del estadio, ya lo es desde que sale de casa"

De debutar con el Sabadell a vestir por 1ª vez la zamarra de Guinea Ecuatorial. ¿Cómo llega ese debut?

Tras debutar con el Sabadell, me ceden al Granollers – por aquella época en división de honor – y me contacta un emisario de la Federación de Guinea Ecuatorial. Recuerdo que me comentó que buscaban a jugadores de descendencia ecuatoguineana para vestir su camiseta. Lo recuerdo con cariño porque el país estaba sumido en una dura crisis, también por parte de la federación, y fue una situación cruda. Sin embargo, el día previo al choque, en un entrenamiento abierto al público, más de la mitad de la grada estaba llena. Coreaban cualquier gol, tres pases seguidos en el rondo…


El mismo día del partido, fuimos a dar una vuelta antes, cerca del hotel, y pasamos por el estadio. El partido era a las 16:00 y a las 11:30 ya estaba el campo a rebosar. Lleno y animando cinco horas antes.


Allí los partidos no son solamente fútbol. Allí ansían que se dispute un enfrentamiento porque es el momento de desconexión, de comentar como ha ido con tus amigos…y más cuando el partido es frente a Marruecos, una de las potencias africanas. Pese a perder (0-1) la gente celebraba haber competido el partido hasta el final.

La última de estas: tu última temporada y el retiro. Últimos partidos y minutos sobre un terreno de juego…

No tengo excesivamente buenos recuerdos. En un partido de mi última temporada, allá por febrero, creo recordar que en La Escala, hubo bastante enfrentamiento con la grada. Gritos bastante feos, algunos con tintes racistas. Ese día decidí que era mi último año. Yo era joven, tenía 31 años, pero hice un ‘clic’ y tomé la decisión. Además, en Horta no estaba bien – no por motivos deportivos o institucionales con el club. Ya empecé a faltar a partidos porque comentaba algunos en medios de comunicación. Me gusta hacer las cosas bien y no podía hacerlas como quería. Ahora, con perspectiva, hago una buena valoración de mi carrera, pero sí que esos últimos meses no los recuerdo con cariño.

Al hilo de lo comentado, has vivido el racismo en primera persona. ¿Cómo podemos combatirlo?

El fútbol no es una escuela. No se puede educar en el campo de fútbol. Uno no se convierte en racista cuando pasa el torno del estadio, ya lo es desde que sale de casa. Sí que creo que debería darse mayor empoderamiento a los actores principales (jugadores, árbitros y entrenadores) para tomar cualquier decisión si el partido se está jugando con comentarios ya sean racistas, machistas, homófobos… cualquier insulto está mal, pero los discriminatorios se centran en un sector concreto. Si se producen, hay que saber pararlo. Si alguien no se sabe comportar, no debe entrar a un campo. En los estadios, hoy en día y gracias a la tecnología, se puede detectar quien realiza los comentarios. Si dichas personas no saben convivir en sociedad, que se queden en casa. Si no se toman decisiones en el alto nivel, menos aún se harán en situaciones como 2ªB o 3ª donde el jugador está mucho más expuesto.

Un pequeño cuestionario. Preguntas cortitas y al pie.

  • Momento especial

Eliminatoria para los JJOO de 2008. Ganamos 5-1 en el partido de vuelta, remontando la eliminatoria, a Sudán (U-23) y contribuí con dos goles en aquel partido.

  • Un gol

Me quedo con el primero de la eliminatoria. Sin embargo, hay un gol no oficial que recuerdo con especial cariño. Tras regresar de cesión al Sabadell, con 19 años, jugamos contra el F.C. Barcelona por el centenario del club. Era el Barça de Rikjaard: Ronaldinho, Puyol, Saviola, Luis Enrique…perdimos 1-3, pero marqué el gol. El único jugador que marcó ese día. Lo recuerdo con mucha ilusión.

  • Debut: club o selección

Selección. Defiendes los colores del país de tu padre. Y no solo una camiseta, sino la ilusión de un país entero y, más aún, tal y como se vive el fútbol en África.


Una charla sobre su trayectoria, momentos especiales y una situación que nadie quiere vivir como es ser atacado por comentarios racistas. Un jugador al que siempre le acompañaron las ganas de luchar y de hacer bien las cosas y al que la sangre africana le correrá por las venas durante toda su vida. Alberto Edjogo-Owono.

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Once Metros, 2020.

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