En un año pasaste de sufrir un descenso a Segunda B con el Nàstic de Tarragona, a vivir el ascenso este 2020 con el Spezia a la Serie A. El fútbol da muchas vueltas, ¿no?
Sí. Al final la experiencia con el Nàstic fue negativa obviamente. Pero yo siempre lo he dicho, que si el equipo no hubiera estado en esa situación, quizá yo no hubiera debutado. Con ese escenario tuve la oportunidad de demostrar que podía jugar a ese nivel, y cuando el equipo bajó mi intención era seguir en ese nivel porque había demostrado que podía jugar. Entonces ahí es cuando apareció Spezia que me dio la oportunidad de seguir en el fútbol profesional. Era salir de España, ir a otro país, otra cultura… no solo de vivir, sino futbolística. Fue apostar por algo que no sabíamos cómo iba a salir, pero al final salió bien.
¿Cómo fue tu adaptación al fútbol italiano?
La adaptación fue buena, pero los primeros meses costaron un poco. Hasta que no aprendí la lengua bien, que no me pude comunicar, hasta que no vieron que nos entendíamos también fuera del campo, costó un poco. Pero luego no. La verdad es que, obviamente es un fútbol distinto, pero me ha ayudado muchísimo en ese sentido. Entre el fútbol español y el italiano me han sumado cosas muy distintas que yo creo que en un futuro me van a servir mucho. El fútbol español en los últimos años ha mejorado muchísimo porque ha cogido un poco de otras ligas como la italiana y la inglesa, y ha sabido globalizarse. En ese sentido Italia se había quedado un poco atrás porque no se globalizaba, y ahora han empezado y se está demostrando. Ya no se ven esos partidos de antes de 0-0, 1-0, 0-1…
Si tuviéramos que comparar la Liga Smartbank con la Serie B, ¿Cuál consideras que tiene más nivel?
Lo que me he dado cuenta es que la Segunda División en España se parece más a la Primera División que aquí en Italia. En cuanto a nivel futbolístico yo me quedaría con la segunda española. Pero no porque no haya jugadores de calidad en la Serie B, sino porque es más difícil que destaquen por cómo los equipos y los entrenadores potencian la táctica. Aquí en Italia siempre se habla de la Juve que descendió a segunda división, que la primera jornada perdieron y alucinaban porque ellos mismos decían que no sabían cómo habían podido perder con la plantilla que tenían. Tuvieron que pegar un gran cambio de mentalidad y al final ese año acabaron ganándolo todo.
En otras entrevistas has comentado que incluso dos semanas antes del ascenso no os esperabais que pudierais subir a Serie A. ¿Por qué?
Más que no esperarlo, era algo simplemente que no era el objetivo principal. En Spezia no era esta nuestra idea. Nuestra idea era luchar para entrar en play-off, y conforme se fue desarrollando la temporada, vimos que nos pusimos segundos en febrero, que cuando se produjo el confinamiento íbamos cuartos… era un sueño que al principio era borroso y que luego se fue haciendo realidad. Sí que es verdad que cuando llegó el play-off ya empezamos a darnos cuenta que era una oportunidad que no podíamos dejar perder, pero hasta entonces simplemente era un “a ver si…”.
¿En algún momento de tu carrera te pensaste que podrías llegar a una primera división profesional?
Claro, es que yo he tenido muchas etapas. Si me lo dices hace 4 años, imposible. Cuando estaba en el Martorell no me hubiera imaginado ni que hubiera llegado a jugar en Tercera División. Pero con 18 años me fichó la Damm, y ahí es cuando empiezo a pensar que puedo vivir del fútbol. Después voy al filial del Nàstic, a la Pobla, y ahí ya te empiezas a hacer un poco tu planning en la cabeza y empiezas a pensar que quizá en unos años llegas a primera división. Pero resulta que al final solo hago un año en la Pobla, al siguiente paso al Nástic, al otro me ficha el Spezia y un año después ya estoy en Serie A. Yo cuando llego a un club, siempre me intento hacer un pensamiento de lo que quiero hacer en ese club, y por suerte hasta ahora siempre se ha ido cumpliendo. Pero ahora soy consciente que estoy en Serie A y que es más difícil plantearse objetivos y que se cumplan.
Si nos centramos ahora en tu actual club, ¿Cuáles dirías que son las cualidades principales del Spezia para mantenerse en Serie A?
Somos un equipo que, obviamente, no tenemos el presupuesto para fichar a un delantero top o muchos jugadores que te decidan un partido, aunque tenemos delanteros muy buenos. Pero tenemos un entrenador con las ideas muy claras, que ya en segunda división hacíamos un juego muy vistoso. Sin ir más lejos, el otro día contra la Juve les discutimos la posesión y les pusimos en problemas hasta el 1-1 que se decantó el partido. No somos un equipo defensivo, si te das cuenta algunos goles precisamente contra la Juventus fue por adelantar demasiado la línea defensiva y presionarles muy arriba. Siempre intentamos jugarle cara a cara a cada equipo y sin miedo a tener la pelota y a proponer.
En estas primeras jornadas en la élite, ¿Quién ha sido el rival más difícil de cubrir?
Chiesa, sin duda. Nunca había tenido que defender un uno contra uno contra un delantero con tanta potencia, tanta verticalidad, se puede ir tanto para la derecha como para la izquierda y es bueno centrando con ambas piernas. También es cierto que no tuve que enfrentarme a Cristiano directamente el otro día, pero Chiesa es uno de los mejores jugadores de la Serie A.
Y para acabar, imagino que tendrás ganas de jugar en LaLiga algún día, ¿no?
Sí, es la meta para mí. En Italia sé que me está aportando muchísimo su fútbol y no se hasta cuando voy a estar aquí. Pero obviamente como jugar cerca de casa, en tu país, cerca de tu familia… es algo muy importante para mí y que echo mucho de menos de cuando estaba en Tarragona y mis amigos podían venir a verme y apoyarme. Yo se que eso me ayuda a mí también para dar la mejor versión de mí. Así que sí, esperemos que tarde o temprano vuelva a España y que pueda competir también en la Primera División española, eso es un sueño.