Los 8 nombres de la jornada de Nations League
- Víctor Martín
- 10 sept 2020
- 6 Min. de lectura

La UEFA Nations League raramente defrauda. Si bien a nivel colectivo las dos jornadas han evidenciado que los equipos nacionales llevaban demasiado tiempo sin competir, a la vez ha nos ha dejado actuaciones individuales que merecen ser reseñadas. Cabe aclarar que no trataré de destacar las mejores, sino las que, por H o por B, más me han llamado la atención. Dicho esto, he obviado algunas como la de Ansu Fati contra Ucrania o Frenkie de Jong contra Polonia porque ya se han dedicado un sinfín de elogios hacia ellas. En fin, no me alargo más, aquí van mis 8 nombres:
Ruslan Malinovskyi contra Suiza
En el partido que abría la jornada de la Nations League para ambas selecciones, el jugador de la Atalanta estuvo muy por encima del resto. Ruslan Malinovskyi cuajó una actuación completísima en una posición a la que no está acostumbrado en el día a día. Shevchenko lo situó en el interior derecho de su 1-4-3-3, un escalón por debajo de dónde suele jugar con Gasperini, y el ucranio respondió con nota. Por pura técnica y lectura individual, Malinovskyi fue la vía de escape mediante la cual Ucrania saltó la intensa y agresiva presión que planteó la Suiza de Petkovic. Recibía el acoso de un rival, normalmente Xakha, pero apenas le incomodaba. Controlaba de espaldas y con su pie izquierdo, en el que goza de una sensibilidad fuera de lo normal, siempre encontraba la manera para girarse e iniciar la transición. El chico está para cosas grandes.

Nikola Maksimovic contra Rusia
El Rusia-Serbia no pasará al recuerdo por sus actuaciones individuales. Sin embargo, a modo de rendición por su resbalón fortuito en el 1-3, romperé una lanza a favor del partido con balón de Nikola Maksimovic. El central del Nápoles lideró la línea de tres defensas, ocupando la posición de líbero, y fue la pieza clave para girar el bloque medio ruso en los mejores minutos de su selección. Conducía con la cabeza levantada y el cuerpo erguido, atraía atenciones, y mediante su pase raso y tenso, encontraba con facilidad al hombre libre entre líneas. Con su 4-2-3-1, Cherchesov pretendió tapar las vías cercanas a los centrales (doble pivote y carrileros), pero Maksimovic, en el primer tiempo sobre todo, se encargó de conectar directamente con las intermedias (Tadic, Mitrovic y Milinkovic-Savic), que tenían superioridad ante el doble pivote rival. Por falta de precisión e inspiración de los de arriba, Serbia no pudo trasladar el dominio territorial comandado por Maksimovic en un volumen ofensivo acorde a este. No obstante, nadie puede discutir que Nikola no pusiera su granito de arena.
Pierre-Emile Højbjerg contra Bélgica
A pesar de que su equipo perdió, la de Højbjerg me pareció la mejor puesta en escena individual de las presentes en Copenhague. Por la contraposición de los esquemas, cuando Dinamarca presionaba alto y emparejaba en banda las piezas de su sistema con las del inglés, el nuevo jugador del Tottenham, que era el mediocentro, quedaba liberado. Entonces, aprovechó dicho escenario para ir de lado a lado solventando todos los desajustes que se producían en la estructura defensiva danesa. A través de su gran interpretación sin balón, Højbjerg se hartó de hacer coberturas a los interiores y a los laterales cuando saltaban, ayudó a los centrales para que no estuvieran en uno para uno (sobre todo con Lukaku) y saltó a acosar con el timming adecuado cuando era necesario. En definitiva, corrigió todo tipo de situaciones. Por si fuera poco, en fase de construcción estuvo realmente bien. Ayudó en labores de construcción, jugando con sentido y sin asumir riesgos innecesarios para no penalizar la transición defensa-ataque de su equipo. En líneas generales su actuación fue sobresaliente.
Matthias Ginter contra Suiza
Como central diestro del mismo sistema que Joachim Löw usó frente a España, Matthias Ginter fue de lo más destacable de la visita a Basilea por parte de Alemania. El defensa del Borussia Mönchengladbach, donde este año ya había jugado en defensas de tres, fue diferencial tanto con balón como sin él. Defensivamente, cuando Alemania presionaba adelante, gestionó bien el juego directo, ganando casi todas las caídas por posicionamiento y lectura. Además, cuando Embolo cambió de perfil en la segunda mitad, suponiéndole una amenaza fija, lo controló en todos sus duelos mediante anticipación o limitándole con el cuerpo el espacio para girar. Pero no quedó ahí su partido, ya que con balón también tuvo influencia. Como Suiza no descolgaba a nadie en su perfil, cuando Alemania atacaba en posicional Ginter alzaba su posición siendo prácticamente un centrocampista más a la altura de Kroos y Gündogan. Ahí, desde tres cuartos, su toma de decisiones fue muy agresiva y vertical, centrando o incluso metiendo pases interiores que rajaban por dentro el bloque bajo rival. Suya fue la asistencia del 0-1 de Gündogan. ¿Habrá encontrado Löw el candidato perfecto para el puesto?
Alexander Sørloth contra Irlanda del Norte
Exuberancia física, inteligencia y productividad fue lo que probó Alexander Sørloth en la amplia victoria de Noruega frente a Irlanda del Norte. Acompañando a Håland en la doble punta de Lagerbäck, el delantero del Trabzonspor, correspondió de buena manera todo el volumen de juego que le surtió su equipo. Apoyándose en su corpulencia, dio un recital recibiendo juego directo procedente de los centrales y bajándolo con mucho sentido (siempre bien perfilado para ello), así como prolongando envíos largos para las rupturas de su compañero en punta. Parecía un adulto jugando con niños. Más si cabe, se emparejó con asiduidad con el lateral norirlandés (Smith) en lugar con los centrales, haciendo así aún más evidente su superioridad. En cuanto a su relación con Håland, alternó funciones y alturas dependiendo de la situación del juego de forma bastante natural y variada. Por último, rubricó su partidazo con dos goles atacando el segundo palo con muchísima determinación tras centro lateral.

João Cancelo contra Croacia
El partido de la Portugal de Fernando Santos frente a Croacia fue, a nivel de juego, de los más potentes de esta jornada. De tres cuartos para arriba, todos sus hombres destacaron sobremanera, pero lo de João Cancelo, en parte porque hacía mucho tiempo que no lo veíamos jugar así de bien, fue muy impactante. No en vano, el lateral del Manchester City gozó de un contexto idóneo: Bernardo Silva por delante limpiándole el carril, apoyos constantes de João Félix en el área y sin ataduras a nivel posicional pendiente de la transición ataque-defensa. Y vaya si lo aprovechó. Creó sinergias con Bernardo en banda, desdoblándole por dentro y llegando a línea de fondo, regateó en salida de balón generando el primer desequilibrio del ataque luso y estuvo especialmente inspirado, sin perder frescura ni precisión a pesar de sus larguísimos recorridos, cuando llegó al último tercio. Casi todo el peso ofensivo de Portugal llegó por su banda. Simple y llanamente, el portugués se salió.
Marcel Sabitzer contra Noruega
En estos dos partidos, la Austria de Franco Foda ha dejado muy buenas sensaciones en cuanto a su ataque organizado. Es un conjunto con las ideas muy claras con balón: a partir de un 1-4-2-3-1 ataca de forma vertical por el centro, liberando los carriles, para luego activar las subidas de sus laterales y cargar el área. En este contexto, Marcel Sabitzer, al contrario que en Leipzig, juega por delante del balón y no por detrás, y frente a Noruega, partiendo de la mediapunta pero con libertad de movimientos entre líneas, entendió de maravilla su rol. Localizó en qué intervalo de la línea de cuatro centrocampista aparecer para recibir, descargó al primer toque dejando de cara al hombre libre y también tiró desmarques agresivos a espaldas de línea defensiva. A medida que no le encontraron tanto entre líneas (solamente el central zurdo Hinteregger fue su aliado en ese sentido), descendió más a menudo y destacó en tareas de elaboración, siendo él mismo quien se encargaba de activar las zonas libres, especialmente el carril derecho ocupado por Lainer. A poco que le rodeen bien, la Austria de Franco Foda tendrá -si ya no la tiene- muy buena pinta.
Marcelo Brozovic contra Francia
Pese a la derrota, Marcelo Brozovic jugó un señor partido en el Stade de France. Dalic lo puso de mediocentro único, a diferencia del día de Portugal, dónde lo acompaño con Kovacic, y el jugador del Inter de Milán jugó realmente bien. En un encuentro en el que primaban los duelos individuales por todas las zonas del campo, Brozovic fue capaz de generar ventajas para Croacia siempre que el balón pasaba por él. Con sus pases dictó el ritmo y la intención de cada ataque croata. La mayoría fueron verticales y ayudaron a saltar, o como mínimo desinflar, la agresiva presión que ejerció Francia. Asimismo, dotó mucho sentido a los momentos en que los balcánicos recuperaban el balón; sabiendo cuando acelerar o pausar en función de lo que requería la transición. En el segundo tiempo, corrió riesgos en el pase que supusieron pérdidas de balón en campo propio, aunque fueron comprensibles dado el marcador. Kovacic, que creció muchísimo tras la reanudación, le echó una mano en ese sentido alternando la segunda con la primera altura del centro del campo. En resumidas cuentas, su partido evidenció el crecimiento de Brozovic en la posición de mediocentro.
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