Cuentan los libros de historia que, el 13 de junio de 1982, España se convirtió en la capital mundial del fútbol. Las nuevas generaciones, a pesar de que hemos tenido la inmensa fortuna de vivir la mejor selección española de la historia, no pudimos disfrutar de ese evento que fue histórico. 29 días, 24 equipos, 17 estadios y un sinfín de historias. Así fue la Copa del Mundo de Naranjito.
Un país que empezaba a sonreír
La Copa del Mundo de 1982 fue el primer gran acontecimiento organizado en España tras el restablecimiento de la democracia, tan solo siete años después de la muerte de Franco, dictador español durante 36 años. Un país unido vivió una gran transformación para albergar la duodécima edición de la Copa del Mundo. Y sonrió, algo que también hizo 10 años más tarde, cuando Barcelona fue la sede de los Juegos Olímpicos de 1992.
Igualmente, la elección de España como sede del Mundial no tuvo nada que ver con la muerte de Franco, porque se escogió 11 años antes del deceso del dictador. El 6 de octubre de 1964 se resolvió en el Congreso de la FIFA en Tokio la elección de las sedes que albergarían las Copas del Mundo de 1974, 1978 y 1982. Alemania Occidental, Argentina y España fueron las elegidas, respectivamente.
Las cifras que dejó el Mundial de España son envidiables. Más de dos millones de espectadores, 52 partidos y se marcaron un total de 146 goles -una media de casi tres goles por encuentro-. La selección de Italia se proclamó campeona del mundo por tercera vez después de derrotar a Alemania Federal en la final (3-1). La nota negativa fue el rendimiento de España, que a pesar de contar con Arconada, Camacho, Alexanko, Juanito, Santillana y Quini en sus filas, solo sumó una victoria y cayó en segunda ronda.
Cuando la unión era la mejor receta
Si por algo destacó la Copa del Mundo de 1982 fue por la unión que mostró el país anfitrión, España. 17 estadios de un total de 14 ciudades albergaron alguno de los 52 partidos que se disputaron del torneo. Hasta nueve comunidades autónomas -un reconocimiento que había llegado solo cuatro años antes, con la Constitución de 1978- fueron las sedes del duodécimo Mundial de la historia. Y se vivieron escenas que, lamentablemente, son difíciles de imaginar en los tiempos que corren actualmente.
Madrid, Barcelona y Sevilla, con dos estadios cada una respectivamente, fueron las principales ciudades de esa Copa del Mundo. Pero además, Alicante, sede de la final de consolación, Bilbao, Elche, Gijón, La Coruña, Málaga, Oviedo, Valencia, Valladolid, Vigo y Zaragoza también se convirtieron, por un verano, en las ciudades más importantes del panorama futbolístico. Tan solo un estadio, el José Zorrilla, se construyó expresamente para la ocasión.
Otra de las curiosidades es que Barcelona fue la ciudad que albergó el partido inaugural. Con un Camp Nou lleno hasta la bandera con unos 120.000 espectadores -se aumentó la capacidad del feudo azulgrana para la cita- y con la presencia de Juan Carlos I, Bélgica derrotó por sorpresa a la Argentina de Maradona (1-0). La final de la competición se disputó en el Santiago Bernabéu y como dato extra, los encuentros jugados en Sevilla, Málaga, Alicante y Elche solo podían disputarse a partir de las 21:00 horas por razones climatológicas.
España: un escaparate mundial
La Copa del Mundo de 1982 también se recordará por los jugadores que disputaron la competición. Aunque fue Italia el combinado que levantó el trofeo, el campeonato contó con equipos que, si entonces ya prometían, ahora se ha confirmado que han pasado a la eternidad. Algunos de estos conjuntos son Argentina, Brasil y la propia Italia, que dieron luz a una Copa del Mundo oscurecida por la mala actuación de España, la de la ‘Quinta del Naranjito’.
La de España fue la primera Copa del Mundo que disputó Maradona. Aunque ya era conocido mundialmente por su calidad en los terrenos de juego, no fue convocado en el Mundial celebrado en 1978 justamente en Argentina, torneo que la selección argentina ganó. Igualmente, El Pelusa brilló en España 1982, siendo considerado uno de los mejores jugadores de la competición. Ese mismo verano fichó por el FC Barcelona. Y cuatro años más tarde, y ya consagrado como una estrella mundial, levantó el Mundial de México.
Otro equipo para el recuerdo fue la selección brasileña. Es cierto que quedó en quinto puesto, después de caer ante la futura campeona, Italia (3-2), pero La Canarinha regaló grandes tardes de fútbol en el viejo Estadio de Sarriá, que se llenó para ver a un combinado que contaba, entre otros, con Zico, Falcao y Sócrates. De hecho, el conjunto brasileño ganó el premio al ‘Juego limpio’ del campeonato.
Pero el Mundial de España de 1982 fue el de Italia. Con un equipo histórico, con solo jugadores procedentes de equipos italianos, la selección entrenada por Enzo Bearzot levantó su tercer título mundialista. Para hacerlo, tuvo que vencer a conjuntos como Argentina (2-1), Brasil (3-2) y ya en la fase final a Polonia (0-2) y a Alemania Federal (3-1) en la final. De entre todos sus integrantes destacó Paolo Rossi, que con seis goles fue elegido Bota de Oro y Balón de Oro. Curiosamente, no marcó ningún tanto en la fase de grupos, algo que le valió las críticas de la prensa italiana, pero todo cambió a partir de segunda fase, y especialmente con su hat-trick contra Brasil.
Hoy, 13 de junio de 2020, se cumplen 38 años del Mundial de España de 1982. Ha llovido mucho desde entonces. Y para la alegría del propio país anfitrión, la selección española ha pasado de defraudar a su propia gente a convertirse en la selección que, recientemente, ha dominado el fútbol durante una década. En 2022, Qatar será la sede de la vigésima segunda edición de la Copa del Mundo. Hasta entonces, siempre podremos disfrutar, con cierta nostalgia, de ese torneo que hoy está de celebración. El de Naranjito. Y el que convirtió a España en la capital del fútbol mundial.