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Un mundial fantasma


El Estadio Lusail de Catar se encontraba todavía en construcción a principios de año / Google Maps

A falta de dos años para la fecha señalada inicialmente para la disputa del Mundial de Catar 2022, el estadio de la final no está todavía terminado. Tampoco lo están la mayoría de instalaciones, así como los equipamientos básicos para que las selecciones puedan concentrarse y no se vean afectadas por las duras condiciones climatológicas del país asiático.

Actualmente el evento futbolístico más importante del planeta se ha convertido en una incógnita. La situación actual del Covid, sumado al atraso de un año de la Eurocopa y la incertidumbre en el calendario, dificultan la buena gestión del torneo a dos años vista.

Por otro lado, la mayoría de infraestructuras se han detenido: carreteras, estadios y equipamientos de las ciudades son, a día de hoy, amasijos de hierros.

Como colofón al pastel se añaden las irregularidades en la concesión, la corrupción y todo tipo de problemas legales y burocráticos que empañan el desarrollo de este acontecimiento. Sumado a las condiciones de trabajo precario en las construcciones, ponen en el punto de mira del mundo a los organizadores de este evento.

Las muertes de multitud de trabajadores, las condiciones infrahumanas y las largas jornadas de trabajo al sol han convertido este Mundial y a las empresas que lo patrocinan en el blanco de las críticas por parte de aquellos que no quieren manchar con sangre el deporte.

  • El estadio de la final en construcción

Con una capacidad de 80.000 espectadores, el Estadio de Lusail albergará la final del evento, pero todavía se encuentra sin construir. Cuando finalicen las obras, será uno de los más grandes de Asia, construido en una ciudad prácticamente nueva, donde las infraestructuras brillan por su ausencia. Este y todos los estadios contarán con aire acondicionado en su interior, para que las gradas se mantengan a 24 grados, evitando el calor del desierto catarí.

Todo esto construido sobre el desierto, donde se abre paso una ciudad de lujo que creció ostensiblemente con la llegada del circuito de fórmula uno. Con ello llegaron los centros comerciales, tiendas de lujo y lugares de ocio. En un lugar clave situado a la orilla del lago West Bay y a tan solo 15 kilómetros de la capital Doha.

Una ciudad que sigue la línea modernista del resto del país, donde los rascacielos se imponen, ya que se prevé que la capacidad final de la ciudad sea de 250 mil personas.

Un reclamo para las compañías extranjeras, puesto que contarán con 35 hoteles de lujo, y todo lo que los dueños del país árabe puedan llegar a construir. Para ello no faltará la inestimable ayuda de empresas extranjeras que quieren saborear un trozo de este suculento pastel.

  • Trabajadores en estado precario

Para llevar a cabo este proyecto llegan migrantes de la India, Nepal o Pakistán que van al país con la ilusión de ganar dinero para mantener a sus familias en sus países de origen. Los sueños se rompen y terminan siendo explotados, muchos con contratos prácticamente de esclavo y otros trabajando interminables jornadas bajo el sol del desierto.

Sus salarios apenas les permiten una vivienda para poder vivir en el país. Conviven en habitáculos diminutos, de hasta diez o quince personas, una situación más parecida a la de una cárcel que a la de un trabajo digno.

La gran mayoría no puede escapar de esta situación, ya que para conseguir estos empleos antes deben pagar una comisión a las empresas que los contratan y esa deuda les impide abandonar el empleo. Una situación demasiado cercana a la esclavitud y a la falta de derechos fundamentales que las instituciones del fútbol europeo no dudan en pasar por alto.

Los visados de los trabajadores están a cargo de las empresas, por lo que en muchas ocasiones los trabajadores son amenazados con la pérdida del permiso de trabajo y la expulsión del país.

Por si fuera poco, a sus bajos salarios se suma el retraso en los pagos, y las condiciones de riesgo en el trabajo. Las medidas de seguridad son escasas o inexistentes, por lo que más de un trabajador ha perdido la vida en el proceso.

  • Irregularidades en el proceso de selección

El expresidente de la UEFA y mítico exjugador Michel Platini fue investigado por supuesta corrupción. Entre otras causas, se le acusó de irregularidades en la concesión del Mundial 2022 a manos de Catar. Además, el francés acumulaba una inhabilitación de cuatro años por recibir suplementos ilegales en 2011.

Además de él, el expresidente francés Nicolas Sarkozy y el emir de Catar, Hamad Ben Khalifa Al-Thani, fueron investigados por irregularidades en el proceso. Esta trama destapó la implicación de otros dirigentes del fútbol mundial que también habrían cometido irregularidades aprovechando sus altos cargos en la organización.

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