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Wembley: El estadio que se convirtió en catedral


El estadio de Wembley fue el estadio londinense por excelencia entre 1923 y 2000 / Wikipedia

Hay estadios que son mucho más que un campo de fútbol. Que a pesar de que pueden tener una estructura similar superan, y mucho, la simple dimensión futbolística. Son verdaderos templos del balompié. Por su atmósfera, por su ambiente y por su espíritu. Por lo que se ha vivido en su interior. Y por lo que se vivirá. Pero lamentablemente, cada vez hay menos.


El fútbol es ese deporte que, como muchos otros, ha dejado de serlo. Antes, el balón no solo era el elemento imprescindible, sino el más importante. Pero los papeles han cambiado, y donde haya dinero, no importa lo demás. ¿Cuántos estadios de antaño han cambiado su nombre por motivos comerciales? ¿Cuántos han sido sustituidos por otros que, aunque con mejores instalaciones, no se respira el mismo ambiente? El listado es demasiado largo.


Uno de estos estadios que pasó a tener una dimensión casi mística fue el Estadio de Wembley. Solo por el nombre, se puede pensar que sí, que sigue existiendo. Y así es, más o menos. Un estadio nuevo, con 90.000 asientos y un arco de 133 metros que une Londres con el cielo. En sus 13 años de vida, ya ha sido sede de varias finales, además de otros eventos. Pero su nombre no cobra significado por lo que representa, sino por lo que fue. Hasta hace 17 años, en esa misma explanada se encontraba otro estadio, con el mismo nombre pero con un aspecto distinto. Ahí se levantó el verdadero Wembley. El que Pelé definió como “la catedral del fútbol”.


  • El inicio de la leyenda


Primavera de 1923. Londres se prepara para la Exposición Británica de 1924, un evento que durará más de un año y que se celebrará en el distrito de Wembley Park. Para la ocasión, se restaura la estación de metro de la zona, se construye una nueva, la Exhibition Station, y como joya de la corona se levanta un nuevo estadio en la ciudad. Una localidad que tan solo 15 años antes ya había inaugurado un nuevo estadio para los quintos Juegos Olímpicos de la era moderna, el White City Stadium, donde actualmente se encuentran las oficinas de la BBC.

El nuevo estadio de Wembley es bautizado con el nombre de Empire Stadium, en honor al acontecimiento que se celebraría un año después, pero desde siempre estuvo relacionado con su distrito. Se inauguró el 28 de abril de 1923, después de una construcción que costó 750.000 libras, con una capacidad inicial para 125.000 personas y ya desde su fecha de apertura estuvo relacionado con el fútbol: se inauguró con la celebración de la final de la FA Cup, que se llevó el Bolton Wanderers tras superar al West Ham por 2-0 y a la que asistió el rey George V.

Entonces empezaba una aventura octogenaria que terminaría en 2003. El aspecto inicial del estadio no era nada del otro mundo: un campo en medio de la nada, con dos tribunas cubiertas y sin asientos pero con un detalle arquitectónico que pronto pasaría a ser el rasgo distintivo del edificio: dos torres blancas, bautizadas como las Torres Gemelas de Wembley, que eran el fondo perfecto que se vislumbraba en el horizonte hasta acceder al interior del campo.


Desde ese 23 de abril de 1923, lo demás es historia. El antiguo Estadio de Wembley albergó 72 finales de la FA Cup, cinco finales de la Copa de Europa, la final del Mundial de 1966 que Inglaterra ganó por 4-2 contra Alemania, y la final de la Eurocopa de 1996, que se llevó la selección germana después de superar por 1-2 a República Checa y tras imponerse a la selección inglesa. Que Franz Beckenbauer añadiera que Wembley “también es la capital y el corazón del fútbol" no parece coincidencia.


  • Sus años dorados


A medida que pasaban los años, y con las mejoras técnicas y tecnológicas, el estadio fue ganando en comodidad. Aunque las Torres Gemelas seguían como su elemento más característico, el campo fue cubierto en su totalidad y se añadieron asientos, reduciendo su capacidad a poco más de 80.000 espectadores. En sus goles se podía leer ‘Wembley’, algo que también pasa con el actual campo. Incluso fue estadio olímpico, siendo la sede principal de los Juegos Olímpicos de Londres de 1948.


Que Wembley fuera mucho más que un estadio también fue gracias a lo extradeportivo. El feudo de la selección inglesa se convirtió en un templo musical y artistas como Queen, Bruce Springsteen, The Rolling Stones y Elton John tocaron en varias ocasiones. Michael Jackson fue el que más veces tocó en el estadio, 15, vendiendo más de un millón de entradas. Y en 1985, el campo pasó al Olimpo musical albergando Live Aid, un festival que no necesita presentación.


Pero también con el paso del tiempo, Wembley se volvió viejo. Aunque seguía siendo uno de los más grandes de Europa, sus facilidades técnicas ya no eran las mismas y entrados en el nuevo siglo, perdió protagonismo. Además, se presentó un proyecto para que Londres albergara los Juegos Olímpicos de 2012 y se quería construir un nuevo estadio de última tecnología y con una capacidad para 90.000 espectadores. El lugar escogido fue el mismo en el que se levantaba el antiguo estadio. Y en el año 2000, la mecha del legendario Wembley se apagó para siempre.


  • Un final amargo por el tercer sueño olímpico londinense


El 28 mayo de 2000 se disputó la última final de la FA Cup en Wembley, que terminó con victoria del Chelsea contra el Aston Villa (1-0). Y solo cinco meses más tarde se jugó el último partido. Fue la derrota de Inglaterra (0-1) contra Alemania, dos selecciones que ya se habían enfrentado en el mismo campo y con resultados muy distintos: la selección local levantó el Mundial en 1966 y fue eliminada de la Eurocopa de 1996, también contra Alemania. Un final que parecía escrito.

Wembley pasó dos años cerrado y en octubre de 2002 empezó su demolición. Se hizo con grúas y una de las imágenes más icónicas del fin del viejo e histórico estadio fue el derrumbe de sus Torres Gemelas. Ese rasgo distintivo que había hecho de Wembley mucho más que un estadio, también un símbolo arquitectónico. Y que se tuvieron que derruir con grúas tras descartarse el uso de explosivos por motivos medioambientales.


Inmediatamente se inició la construcción del nuevo Wembley. Costó 789 millones de libras, unos 1.260 millones de euros, y las obras terminaron un año más tarde de lo previsto, pero cinco años antes de esos ansiados Juegos Olímpicos del 2012. En la actualidad, el estadio es uno de los más importantes del mundo, pero ni su nombre ni su significado no se entenderían si no fuera por ese campo que se inauguró hace 97 años en ese mismo lugar. El que fue considerado la catedral del fútbol. Y que por el paso del tiempo y el sueño olímpico, fue demolido para siempre.

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